Un infarto se puede evitar de esta forma y la mayoría de la gente no lo sabe.
El cuerpo humano está constituido de diferentes órganos, músculos, células, todo programado para trabajar durante toda la vida.
Uno de los principales órganos del cuerpo humano es el corazón, muchos lo consideran como la máquina del ser humano.
Es importante que cuidemos nuestro cuerpo con una buena alimentación, haciendo
ejercicios y tomando suficiente agua, haciendo esto evitaremos muchas enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y problemas cardiacos.
La mayoría de las personas pasan años con malos hábitos de alimentación, falta de ejercicios sin dormir bien y tomar poca agua.
Estos factores son desencadenantes de muchas enfermedades la mayoría coronarias relacionadas con el mal funcionamiento del corazón.
¿Qué es y qué produce un infarto al corazón?
Un infarto al miocardio es una patología que se caracteriza por la muerte de una porción del musculo cardiaco y se produce cuando se obstruye completamente una arteria coronaria.
Esta patología se puede presentar cuando las personas alcanzan la media edad y puede afectar a mujeres como a hombres.
En diversos países la principal causa de muerte está asociada a enfermedades cardiacas siendo los infartos una de estas causas.
Es importante que tengamos la debida prevención para no sufrir uno de estos episodios que muchas veces resultan fatales.
Hay algunos síntomas que pueden alertarnos que estamos sufriendo una enfermedad relacionada a este tema.
Las veces que vamos al baño a orinar durante la noche podría alertarnos acerca de este tema, este se debe a la gravedad cardiaca cuando estamos acostados.
Otro signo que nos pueden alertar acerca de este padecimiento es las piernas hinchadas. Esto se debe a que estamos reteniendo los líquidos.
El agua es importante para el cuidado del cuerpo por eso lo recomendable es tomar dos vasos cuando nos despertamos en la mañana. Esto ayuda a activar los órganos internos, también, media hora antes de cada comida tomar agua ayuda a tener una mejor digestión.
Te invitamos a ver el siguiente video el cual de seguro te dará información complementaria sobre este importante tema.
Una investigación que se acaba de presentar en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología indica que mantener una buena hidratación durante toda la vida nos puede proteger de desarrollar insuficiencia cardiaca y otras afecciones cardiovasculares en edad avanzada. «Nuestros hallazgos indican que debemos prestar atención a la cantidad de líquido que consumimos todos los días y tomar medidas si descubrimos que bebemos muy poco», explica la autora del estudio e investigadora en el Instituto Nacional de Salud de Bethesda (Estados Unidos) Natalia Dmitrieva.
Recomendaciones de ingesta diaria de agua
Los expertos recomiendan beber de 1,6 a 2,1 litros de agua diarios a las mujeres y de 2 a 3 litros a los hombres. Sin embargo, y como revelaba un estudio publicado en 2015 en la revista European Journal of Nutrition, muchas personas de todos el mundo ni siquiera alcanzan los límites inferiores de estos rangos.
Los autores han utilizado como medida del estado de hidratación los niveles de sodio en sangre: cuando se bebe poco líquido, esta concentración aumenta. Para intentar retener la mayor cantidad de agua posible, en estas situaciones el organismo activa procesos que se sabe que contribuyen al desarrollo de la insuficiencia cardiaca. “A simple vista se podría esperar que la hidratación y los niveles de sodio en sangre varíen cada día en función de lo que bebamos”, explica Dmitrieva. Sin embargo, parece que este valor permanece estable dentro de un rango estrecho durante largos periodos de tiempo, lo que probablemente esté relacionado con el consumo habitual de líquidos”.
En el estudio se evaluó si la concentración de sodio en sangre como medida de los hábitos de hidratación es capaz de predecir el desarrollo de insuficiencia cardiaca 25 años después. Los investigadores también examinaron la conexión entre la hidratación y el engrosamiento de las paredes de la cámara de bombeo principal del corazón (ventrículo izquierdo), llamada hipertrofia ventricular izquierda, que es un precursor del diagnóstico de insuficiencia cardíaca.
El análisis se realizó en 15.792 adultos que tenían entre 44 y 66 años en el momento del reclutamiento y fueron evaluados en cinco visitas hasta los 70 a 90 años. Los participantes se dividieron en cuatro grupos según su concentración de sodio sérico promedio. Para cada grupo de sodio, los investigadores analizaron la proporción de personas que desarrollaron insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular izquierda en la visita cinco (25 años después).
Los resultados revelaron que la mayor concentración de sodio en sangre en la mediana edad se asociaba con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular izquierda 25 años después. Además, esta asociación permanecía después de ajustar otros factores relacionados con el desarrollo de insuficiencia cardíaca: edad, presión arterial, función renal, colesterol en sangre, glucosa en sangre, índice de masa corporal, sexo y tabaquismo. Cada aumento de 1 micromol por litro de sangre (mmol / l) en la concentración sérica de sodio en la mediana edad se asoció con un aumento de 1,20 y 1,11 en las probabilidades de desarrollar hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca, respectivamente, 25 años después.
Además, los riesgos de hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca entre los 70 y los 90 años comenzaron a aumentar cuando el sodio sérico excedía los 142 mmol / l en la mediana edad.
“Los resultados sugieren que una buena hidratación durante toda la vida puede disminuir el riesgo de desarrollar hipertrofia ventricular izquierda e insuficiencia cardíaca. Además, nuestro hallazgo de que el sodio sérico superior a 142 mmol / l aumenta el riesgo de efectos adversos en el corazón puede ayudar a identificar a las personas que podrían beneficiarse de una evaluación de su nivel de hidratación”, explica la autora. “Este nivel de sodio está dentro del rango normal y no se etiquetaría como anormal en los resultados de las pruebas de laboratorio, pero los médicos podrían usarlo durante los exámenes físicos regulares para identificar a las personas cuya ingesta habitual de líquidos debe ser revisada”.
Texto: Sociedad Europea de Cardiología